domingo, 2 de noviembre de 2008

Leyenda del primer rancho

Hubo una vez, hace tiempo,
sobre estos campos benditos,
un gaucho y una carreta,
una mujer y dos hijos…
Que marchaban con el polvo
de los agrestes caminos,
y la noche era su techo
y el sol su poncho de abrigo.
…Anduvieron y anduvieron,
al paso lento y cansino,
y el gaucho pensó mil veces:
para qué apurarse, amigo…
Anduvieron y anduvieron,
sin rumbo fijo o destino,
y el gaucho pensó mil veces:
cualquier lugar es lo mismo…
Y una mañana de agosto
cuando ya moría el frío,
vio con asombro en un árbol
que un pájaro hacía su nido.
De paja y barro formaba
aquel hogar con cariño,
y de contento, su canto,
se convertía en un grito.
Y nació dentro del pecho
de aquel gaucho entristecido,
la hermosa idea de hacerle
algo igual para sus hijos…
Y desató la carreta.
Y le agradeció a su amigo.
Y dejó desde ese instante
de ser gaucho peregrino.
Y agarrando paja y barro,
con amor, afán, delirio,
levantó sobre una loma
el primer rancho argentino.


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