domingo, 2 de noviembre de 2008

Reza, que reza…

El cielo se ha puesto oscuro
color tormenta.
Cerramos con tranca y llave
la única puerta.

Las gotas flechas parecen
cuando golpean.
Mi madre junto a la Virgen
reza, que reza…

Sin duda se ha desatado
la gran tormenta.
El agua, poquito a poco,
entra en la pieza.

El cielo -tambor gigante-
truena, que truena.
Afuera bala asustada
la pobre oveja.

Mi hermana tiene en sus brazos
una muñeca.
Le dice: No tengas miedo
…pero ella tiembla.

Los vientos vuelven de nuevo
contra la puerta.
Las tablas crujen sentidas
tal vez de viejas.

De pronto, sin saber cómo,
todo se aquieta.
El viento se ha vuelto brisa
muy dulce y fresca.

Mi madre, junto a la Virgen,
reza, que reza…

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