domingo, 2 de noviembre de 2008

La flauta encantada

Aquí, entre mis montañas,
tengo una flauta encantada.
Me silba carnavalitos.
Me canta dulces vidalas.

Si está contenta, es tan clara
como el tañer de campanas.
Pero me asustan sus notas
cuando se encuentra enojada.

Todos los días me llama
y es un eco que no acaba.
Y yo voy montaña arriba
como hechizado a buscarla…

Aquí, entre mis montañas,
y el balar de algunas cabras,
no es el viento el que habla y silba
… sino una flauta encantada.


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